miércoles, 15 de octubre de 2014

IV

El presentimiento de la ausencia en el vacío, el silencio se propaga y extiende.
Una declaración de amor pronunciada al oído.
El intercambio de miradas, las voces ajenas hacen eco en mis oídos mientras que las propias hacen eco en los suyos.
A flor de piel la inocencia, característica a esa edad.
El amor . . . como describirlo si hasta ahora no me he permitido sentirlo.
Su nombre aun resuena a través del viento que juega entre las hojas de los árboles, secas, frágiles, desprendiéndolas hasta convertirlas en polvo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario